lunes, 1 de diciembre de 2008

Ausente

AUSENTE


Ay, que pena tan inmensa mi pecho guarda
Porque tanto dolor, habiendo tanta dicha?
Penas del alma la llaman,
Yo diría penas de fuego,
Queman … Arden… duelen…
Los ojos secos ya no lloran
Tristezas eternas, hacen el caminar lento.
Endurecen los labios y nublan el pensamiento.

La pena hace a las madres morir a destiempo,
Los surcos de su cara parecen desierto
Las lágrimas de alegría , no nutren su piel ya gastada
La soledad del tiempo lleno de plata sus sienes
Sus manos temblorosas sufren la ausencia
De caricias negadas
Solo la noche que acerca el invierno
Da un poco de paz , sosiego…..
Un rezo…
Una letanía….
Un recuerdo para la madre que yace en esa lápida fría.

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