lunes, 1 de diciembre de 2008

Nadia

Aquellos Días


Hoy quise recordar.
Esos días felices de aquel verano infinito,
En que las golondrinas se multiplicaban por doquier,
Recuerdo el rojo y negro de los cerezos
Que trepabas sin fin.
Si parecías mariposa revoloteando el jardín
O simplemente una abeja que libaba aquel néctar dulce
Del toronjil.

Incansable, le ganabas a las nubes en carreras sin fin.
Como reían esos patios, llenos de rosas rojas
Esas rejas que avivaban sus colores
Porque tu alegría llegaba por fin.
El olor del pan recién horneado
Te hacia brillar, esos ojos almendrados
Que tan bien sabían pedir.
Dame un pedacito me decías,
A la vez que un pedazote te comías.
Y con otro trozo arrancabas a repartirlo entre aquellos
Que sabias te querían.

Que pasó niña mía,
Que ya no quieres correr,
O es que la vida no supo entender
Que eras cometa del tiempo, y que no todos te podían conocer?
Dar las gracias a Dios es tan poco querida,
Gracia haz sido tú, que lleno este mundo de alegría
Donde estuviste tanto amor sembraste.
Hoy cosechas el fruto fuerte y maduro de aquella semilla noble
Que fueron tu sentimiento.

No te preocupes si ves lágrimas en los ojos
De los que te quisimos bien
Es el bálsamo que nos da Dios, como recompensa
Por dejarte ir con El.

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